sábado, 27 de marzo de 2010

La evolución de las series de animación japonesa (Parte I)



Osamu Tezuka y el anime en los años '60 y '70

Podemos encontrar el origen del anime japonés alrededor de 1950, en el consejo que una madre ofrece a su hijo, estudiante de medicina, cuando éste le pregunta si debería realmente convertirse en médico o, por otro lado, dedicar su vida a su vocación, el manga. "Deberías trabajar haciendo lo que más te guste", dice ella, desatando así el talento del hombre que más adelante sería nombrado "Dios del Manga": Osamu Tezuka. Tezuka produjo durante su vida alrededor de 700 mangas diferentes, con un total de aproximadamente 150.000 páginas dibujadas, antes de morir a los 60 años de edad, víctima de un cáncer estomacal. Sus personajes estilizados y de ojos saltones marcaron profundamente el paradigma del estilo de dibujo japonés, y el eco de su obra se aprecia todavía hoy en todo lo que nos llega desde el país del sol naciente.




Pero el Dios del Manga no sólo figuró como pionero del cómic en Japón, sino que también se encargó de dar a luz a un monstruo que, con el transcurso de las décadas, se fue abriendo paso cada vez más y más allá de las fronteras niponas: las series de animación japonesa, o anime. Entusiasmado como estaba con el medio desde que, de pequeño, descubriera la obra de Walt Disney (a quien debe el uso de los ojos grandes en sus diseños), no pudo dejar escapar la oportunidad de dar vida a sus personajes de tinta y papel cuando ésta se le presentó. En 1961 fundó el estudio Mushi Productions, que se encargó de la migración de las historietas más famosas del autor, como Tetsuwan Atom (Astroboy), a la pantalla del televisor. No fue tarea fácil. La Segunda Guerra Mundial había hecho mella en la nación y la había hundido en la miseria, de modo que hubo que ingeniárselas para sacar el máximo rendimiento a su resentida economía.

Así pues, la idea del anime era, y ha venido siendo desde entonces, sencilla: dar lo máximo en entretenimiento con los mínimos recursos disponibles. Para ello, se explotaron trucos de animación tales como los paneados de fondos, la reiteración de efectos de luz y las voces y sonidos en off, y se encabezaron los episodios con pequeños cortos de apertura, u openings, que se repetirían una y otra vez y que, con su cuidada elaboración, darían un aspecto de calidad al conjunto. Además, los guiones crecieron en complejidad y la música fue adquiriendo poco a poco una importancia capital. En definitiva, ya que la animación iba a ser precaria (no más de seis fotogramas por segundo en sus inicios), había que acompañarla de todos los alicientes externos posibles para que resultara atractiva al espectador.

Esta filosofía de trabajo ha dado pie a multitud de obras de gran calidad a lo largo de los últimos cincuenta años, cuyo enfoque, a su vez, ha ido variando para dejar tras de sí un riquísimo bagaje de historias heterogéneas y cada vez mejor desarrolladas que definen con claridad el pensamiento y el sentir de su época.

Tomando como referencia el estilo de Tezuka, podemos ver que el carácter de los primeros animes  (y mangas; hay que entender que ambos medios han vivido siempre hermanados en Japón) era abiertamente simpático y humanitario, consecuencia directa de la Segunda Guerra Mundial. Los contemporáneos del Dios del Manga recuerdan con ternura su obra porque les ayudó a sobrellevar la posguerra con valor. Un ejemplo evidente lo tenemos en el mencionado Astroboy, un insólito niño robot construido en el ¡siglo XXI! por el doctor Tenma a imagen y semejanza de su difunto hijo. Su primera serie se emitió en Japón entre los años 1963 y 1966, y estaba en blanco y negro. Otro manga del maestro Tezuka, Ribbon no Kishi (la Princesa Caballero), fue adaptado en 1967, y se lo considera el primer anime shōjo (para chicas) en aparecer.






Tan sólo un año después de la fundación de la Mushi Productions, otro de los más grandes estudios de animación japonesa vió la luz, de manos de Tatsuo Yoshida  y sus dos hermanos menores Kenji y Toyoharu: Tatsunoko Productions, responsable del lanzamiento de algunas de las series más míticas de los años '60 y '70, tales como Mach Go Go Go (Speed Racer en occidente) y Kagaku Ninjatai Gatchaman (Comando G) de 1967 y 1972 respectivamente.






Los '70 trajeron consigo un nuevo aporte de influencia occidental, tanto en lo que a dibujo se refiere (más realista) como en lo temático (más violencia). Poco a poco, el público fue aumentando y creciendo en edad y expectativas, y comenzaron a surgir algunos de los géneros más emblemáticos del medio. El mismo año en que se empezó a emitir Gatchaman, Toei Animation, otro coloso de la animación japonesa, lanzó una de las series más populares de la historia: Mazinger Z (basado en el manga de Gō Nagai), precursor de los animes de mechas, o robots gigantes tripulados por personas.




La Toei estaba destinada a ser la gran protagonista en el panorama de la animación japonesa durante más de quince años a partir de los '80, pero hay que reconocer que ya en los '70 iba apuntando maneras. Al éxito obtenido con Mazinger Z (y con Candy Candy, y con ¡Calimero!) se le añadió, a finales de década (1978), el cosechado por una de las obras más evocadoras hasta la fecha: Uchu Kaizoku Kyaputain Harurokku (Capitán Harlock), las aventuras de un enigmático pirata espacial y la tripulación a bordo de su nave, la Arcadia, en un futuro lejano (y poco probable).




Con la llegada de los años '80, el anime experimentó una gran expansión. Se diversificaron los géneros y se multiplicaron sus recursos. Los estudios, cuyo número iba en aumento, cada vez podían obtener mayores beneficios con sus franquicias, y esto les permitió ir mejorando, poco a poco, la calidad técnica de la animación. Se podría decir que el anime, tal y como lo conocemos hoy en día, se fraguó durante los veinte años que precedieron al cambio de siglo. 

Los '80 y los '90 fueron, sin lugar a dudas, la época dorada de la animación japonesa.


つづく o o o

2 comentarios:

  1. Viendo todos estos vídeos, dios mio, solo puedo pensar que muchos animes de hoy en día me dan vergüenza ajena. Por favor, si la intro de Astroboy es genial! Se empieza a perder el amor por todo. MIYAZAKI SÁLVANOS!

    Por cierto, este post no iba a ser sobre una serie en concreto? No por nada, así me culturizo...



    P.d: A que en ese retrato Tezuka se parece a Jackie Chan? XDDD

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  2. como molaban los de esa epoca,aun hay canales de television en las que se ve de vez encuando princess knight y captain harlock raw son entrañables.

    viva Osamu Tezuka!!

    PD:es verdad rachel,se parece un monton a jackie chan xDD.

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